Podría decir con bastante aproximación que la obra que les propongo escuchar en este Día del Niño se compuso sola, mientras veía crecer a mi niña. Por eso se llama Crecer.
Fue parte de una obra mayor estrenada en junio de 1977 en el Teatro La Ciudad , y grabada en vivo en el mes de septiembre, de modo que los aplausos que escuchen y demás ruidos de sala son los auténticos, producidos durante esos conciertos.
En este día del niño, sirva esta canción como un homenaje a todos ustedes -padres e hijos- y para conjurarnos en construir un mundo mejor para las generaciones venideras.
Espero que les guste y que pasen un buen día!
Espero que les guste y que pasen un buen día!
Los abraza
Carlos
Ficha
técnica:
Grabado
en vivo en 8 canales durante Septiembre del 77 en el Teatro La Ciudad.
Técnico
de grabación: Teddy Goldman
Sello
Editor: Diorama
Distribuído
por Phono Musical Argentina S.A.
Intérpretes:
Liliana
Araujo: Canto
Dudy
Sagalsky: Flauta y flautín
Cesar
Grimoldi: Oboe
Darío
Traversi: Clarinete y Saxo alto
Hugo
Muñoz: Fagot
Norberto
Trabuchi: Violoncello
Margarita
Belli: Soprano
Marisol
de Acarregui: Piano
Enrique
Arnaiz: Guitarra
"Negro"
Dávila: Bajo
Hector
Sanchez: Percusión
Música,
Poemas, Orquestación y Dirección: Carlos Kersevan
En términos generales, la música está concebida en función expresiva creando atmósferas y describiendo los climas de cada temática. Así, la introducción consiste en un Quod libet esto es una forma musical que combina diferentes melodías en contrapunto en diversas tonalidades y ritmos creando una clima de juegos y ensueño.
Los
músicos elegidos para la ocasión fueron seleccionados no solo por sus
condiciones musicales -que son muchas- sino también por su integración con el
proyecto.
Por los mismos motivos
elegí a Liliana, la cantante solista que canta las letras.
Crecer
Contar hasta
cinco, canturrear
bajito;
aprender el
nombre de papá y
mamá;
descubrir la
casa, respetar el
fuego
y alcanzar la
mesa en puntas de pie.
Inventar palomas
desde los balcones;
llamar a la luna
después de cenar;
venerar la calle
-rodillas raspadas-
con la cara
sucia de andar y caer
Aprender las letras del abecedario:
compartir los
juegos, los sueños y el sol;
mancharse de
tinta las manos ansiosas
y en una
esperanza echarse a volar.
Madurar un sueño
para los
juguetes;
dormir las
muñecas con el
arrorró:
deshojar las
flores de una larga
espera
cuando por las
tardes se ha ido mamá.
Alma gusto a
nieve, algodón y nube,
pensando en un ángel
de helado y turrón;
y en las
serpentinas que adornan la tarde
hay un monigote
de felpa bordó.
...Y un día
cualquiera de una primavera
por esta ventana
que te vio crecer
vendrá el viejo
duende que enciende la sangre
para regalarte
un ansia de amor.
http://www.estudiokersevan.com.ar/contacto.html